Fatma es una serie de suspense y drama protagonizada por una limpiadora que busca a su marido y por el camino acaba dando rienda suelta a su vena asesina.
Fatma es una mujer que trabaja como limpiadora en dos casas, una oficina y en un centro comercial para ganarse la vida ya que su marido Zafer acabó en prisión.
Cuando comienza la serie hace unos dos meses que Zafer salió de la cárcel pero Fatma no sabe nada de él, Zafer no ha vuelto a casa y Fatma no le ha dicho aún que su hijo, que es autista, ha muerto en un accidente.
Fatma no para de preguntar a la gente que conocía a su marido por si le pueden dar alguna pista de su paradero, pero lo único que consigue es que le hablen con desprecio y la policía tampoco es que sea de gran ayuda.
En uno de los intentos de saber información sobre el paradero de su marido, Fatma acaba cometiendo un asesinato y aunque por una parte se siente mal por lo que ha hecho, una serie de acontecimientos hacen que «le vaya cogiendo el gusto a matar» para resolver sus problemas.
Desde el comienzo te conmueve la situación de Fatma, vas viendo lo mal que le habla la gente por culpa de su marido Zafer, que además ha desaparecido tras salir de prisión, su hijo ha muerto, sufre acoso, también sufrió una tragedia en su infancia…
Pero aunque empieza bien acaba siendo siempre lo mismo, con los silencios de Fatma cada vez que le preguntan algo, con los malos hablando más de la cuenta y hasta sabes el momento justo en el que le va a dar el impulso asesino.
Todo ello hace que se vuelva todo muy predecible y fui perdiendo el interés, aunque no es una mala serie. Me gusta que el personaje principal sea una mujer normal y corriente, pero me falta un poco más de suspense.
Fatma es una serie de Netflix que tiene más de drama que de suspense. La primera temporada tiene 6 episodios de unos 40 minutos cada uno, y aunque la trama principal ya se queda resuelta, por como termina todo apunta a que está prevista una segunda temporada.