En la película de suspense A 47 metros 2: El terror emerge, un grupo de chicas se quedan atrapadas en unas ruinas submarinas en compañía de unos tiburones.
Tenemos a Mia y Sasha que son hermanastras y no se llevan del todo bien. Grant, que es el padre de Mia, les propone que vayan las dos en una travesía en un barco con fondo transparente para ver tiburones blancos. Pero cuando están a punto de subir se encuentran con dos amigas de Sasha, Alexa y Nicole, que les proponen otro plan.
Las cuatro se van por un sendero que lleva hasta un lugar en el que hay material de submarinismo que ha dejado allí Grant porque trabaja en unas ruinas submarinas llena de túneles, allí está una de las entradas y en unos días llegarán unos arqueólogos y están dejando el material preparado.
Esas ruinas son una ciudad maya que construyeron bajo tierra en una necrópolis para ocultarse de los conquistadores españoles y al subir el nivel del mar se ha inundado.
Deciden ponerse el equipo de submarinismo y bajar a las cuevas de las ruinas de la ciudad para echar un vistazo rápido. Pero las cosas no salen como estaban planeadas y hay un derrumbe que cierra el lugar por el que han entrado, por lo que se quedan atrapadas dentro de las cuevas y ahora tienen que recorrer toda la ciudad para encontrar la otra salida.
Deben darse prisa porque no tienen mucho oxígeno en las botellas y además no están solas, allí habitan unos tiburones blancos ciegos, como allí no hay luz han evolucionado sin ojos pero tienen muy desarrollado otros sentidos, como el oído por lo que deberán ser silenciosas.