Un hombre se convierte en el principal sospechoso de un asesinato mientras buscaba una colección de arte robada. Esto es lo que veremos en la película Confiesa, Fletch.
Irwin Maurice Fletcher durante un tiempo fue un periodista de investigación, ahora está retirado y ha sido contratado en Roma por el conde Clementi Arbogastes de Grassi para encontrar nueve valiosos cuadros que le han robado.
Fletch comienza una relación con la hija de ese hombre que le ha contratado y que se llama Angela de Grassi.
Un mes después Angela le anuncia que su padre ha sido secuestrado y han pedido por su liberación un cuadro de Picasso, que se encuentra entre los que han robado, y que está valorado en unos 20 millones. Por eso ahora es más urgente encontrarlos.
Angela sospecha de su madrastra porque cree que se casó con su padre tan solo por dinero y que ya va hablando como si estuviese muerto y todo fuese de ella.
La investigación le lleva a Fletch hasta Boston donde se aloja en una casa que ha alquilado por dos semanas que pertenece a un marchante de arte llamado Owen Tasserly y a su llegada se encuentra con una mujer asesinada.
Tras llamar a la policía el inspector Monroe y la agente Griz lo tienen como el principal sospechoso mientras que Fletch sigue con su investigación.
El motivo por el que está en Boston es para hablar con un marchante de arte llamado Ronald Horan que ya ha comprobado que ha vendido dos de los cuadros robados al conde y quiere saber si sabía que eran cuadros robados o si hay alguna conexión entre él y el mercado negro de arte.
Y mientras Fletch va investigando, el inspector Monroe va encontrando varias pistas sobre el asesinato y todas conducen a su principal sospechoso, que no es otro que Fletch que está seguro de que le han tendido una trampa.