Ambientada en un mundo post apocalíptico la película de ciencia ficción dramática Finch sigue a un robot que va aprendiendo cosas sobre la vida humana y que ha sido creado para cuidar a un perro.
Finch Weinberg es un ingeniero especializado en robótica y uno de los pocos supervivientes tras un cataclismo solar. Lleva una década viviendo solo en un búnker subterráneo con la única compañía de su perro Goodyear y de vez en cuando sale para buscar comida con la ayuda de un robot que creó al que llama Dewey.
Como le queda poco tiempo de vida, está enfermo y es consciente de que se está muriendo, ha creado otro robot que se llama Jeff y cuya misión es la de cuidar de su perro cuando él muera.
En el exterior Finch tiene que llevar un traje especial porque la radiación ultravioleta cuando te da el sol es tan alta que te abrasa la piel.
Cuando tienen que abandonar el búnker porque ya no es seguro permanecer en ese lugar, seguimos a estos personajes en su viaje hacia San Francisco que se encuentra a unos tres mil kilómetros de distancia por carretera.
Durante el trayecto Jeff va ampliando sus conocimientos, trata de entender todo sobre la vida humana y también intenta hacerse amigo de Goodyear que no parece muy cómodo con el robot y prefiere estar con Finch.
Pues de eso va la película, que dura casi dos horas que se hacen un poco largas, les vamos siguiendo en su viaje en el que no aparecen más personajes.
Hay momentos en los que llega a darte pena el pobre Jeff cuando Finch le echa la bronca porque Jeff aún está aprendiendo y comete errores que los pone en peligro aunque sus intenciones son buenas y solo trata de ayudar.