Esta película dramática turca cuenta la historia de un preso que pone rumbo a su ciudad natal, bajo la supervisión de un agente penitenciario, para reconectar con su hija y arreglas las cosas.
Al comienzo de la película vemos a Sedat Yücel que lleva 29 años trabajando como agente penitenciario en la prisión de régimen cerrado de Konya que está siendo interrogado por lo que ocurrió el 25 de abril de 2018 cuando el preso Musa Solak estaba bajo su custodia. Es un buen modo de comenzar la película ya que nos deja con la intriga de saber lo que pasó.
Al preso Musa Solak, que lleva 15 años en prisión, se le concede un permiso de un día para ir a su casa bajo la custodia de un agente de la prisión y le toca a Sedat Yücel que está a punto de jubilarse. El trabajo es sencillo saldrán el 24 de abril, pasarán el día en casa de Musa Solak y al día siguiente por la mañana volverán a la prisión.
Musa quiere ver a su hija Yonca a la que no ve desde hace 14 años. Se casó con su mujer porque se quedó embarazada pero él estaba enamorado de Nuriye y ocurrió algo que le llevo a prisión. Entonces su mujer le dijo a Yonca que su padre estaba muerto y no le permitió a Musa mantener el contacto con su hija.
Ahora su mujer ha muerto en un accidente de coche y su hija vive con su abuela (la madre de Musa) a la que han diagnosticado alzheimer y la cuida Nuriye.
Sedat tiene problemas con su hija y conecta muy bien con Musa que enseguida vemos que es un buen hombre, solo quiere ver a su hija y volver a prisión para cumplir los tres años que le quedan de condena tras los cuales pretende cuidar de Yonca. Pero una vez allí Musa acaba descubriendo algo que le han estado ocultando y que lo cambia todo.