A pesar de que lo pueda parecer por su título, en Killer Mermaid (Sirena asesina) no te esperes encontrar a una sirena que va matando a todo el que se encuentra, aunque sí que es la responsable de lo que sucede.
Tenemos a dos turistas americanas, Lucy y Kelly, que van a Rozaje donde les espera Alex, que es el exnovio de Lucy quien no se esperaba que apareciera con Yasmine, que es su prometida.
Rozaje es un pueblo pequeño pesquero y desde allí se van a visitar en el yate de Alex otras islas como la isla de Mamula que según la leyenda es el lugar en el que vivían las sirenas, y donde hay una base militar abandonada llena de túneles submarinos y una prisión también abandonada.
Además se les unirá Boban, un amigo de Yasmine, a la excursión a Mamula y la harán en una lancha de goma porque Alex no quiere rayar su yate con las rocas que hay allí.
Antes de partir un hombre, que está allí buscando a su hija que ha desaparecido, ya les dice que no deberían ir a Mamula, que es muy peligroso, pero no le hacen caso porque piensan que tan solo intentan asustarlos.
Una vez en Mamula, ven a un hombre que está tirando restos humanos a un pozo y como es lógico se asustan y deciden salir de allí.
Pero ese hombre ha disparado a la lancha y ahora no tienen modo de salir de la isla. El hombre comienza a perseguirlos para matarlos y es que está como hipnotizado por una sirena que habita el lugar y por eso mata a todos los que se acercan a la isla para protegerla, además de para alimentarla.
Aunque la sirena con su canto va atrayendo a los hombres, las mujeres no lo escuchan, la película se centra en el hombre que los va persiguiendo para matarlos.
Y la verdad es que no se lo ponen muy difícil, por ejemplo mientras el hombre va atacando a uno de ellos los otros se quedan mirando, que solo les falta comerse unas palomitas mientras observan la escena.
También pasan por lugares donde hay objetos que pueden coger para defenderse pero no, prefieren ir solo con unas linternas.