Dos brillantes jóvenes de clase alta deciden cometer un asesinato sin motivo aparente y creen haber cometido el crimen perfecto. Esto es lo que veremos en la película de suspense Impulso criminal que es del año 1959 y te la recomiendo.
La historia tiene lugar en Chicago en el año 1924 y comienza cuando Artie Strauss y Judd Steiner acaban de asesinar a alguien y piensan que se van a salir con la suya porque nadie sospechará de ellos.
Su víctima ha sido un niño que vive muy cerca de la casa de Artie y lo han matado simplemente para demostrar que tienen una inteligencia superior a la de los demás y son capaces de cometer el crimen perfecto.
Para su sorpresa la policía no tarda en encontrar el cuerpo que han tirado a una alcantarilla de un parque. Y eso no es todo, gracias a un conocido, Sid Brooks que trabaja en un periódico, se enteran que junto al cadáver han encontrado unas gafas que se le cayeron a Judd.
Como resulta que Artie es amigo del teniente Johnson que lleva la investigación, le va dando unos sospechosos para desviar la atención de ellos.
Pero como esas gafas son muy exclusivas y hay poca gente que las tenga no tardan en descubrir que pertenecen a Judd. Y uno de los policías que lleva la investigación lo ve muy sospechoso y decide centrar la investigación en él.
Pero Artie es muy listo y ya había preparado una coartada por si llegaban a sospechar de ellos. ¿Se saldrán Artie y Judd con la suya o serán condenados por su crimen?
Desde el principio de la película se ve que Artie es el más malo de los dos y el que disfruta matando sin remordimientos. Mientras que Judd está obsesionado con Artie y le suplica que le deje participar en sus maldades, pero a la hora de la verdad su conciencia no le deja disfrutar de hacer cosas malas, aunque eso no impide que quiera hacerlas.
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