La serie La Revolución da un giro más terrorífico a la Revolución francesa ya que tenemos una misteriosa enfermedad que vuelve la sangre azul y provoca enfrentamientos entre los rebeldes y los aristócratas.
La serie comienza en Francia en el año 1789 pero tras una breve introducción retrocedemos dos años y nos va contando lo que pasó la joven Madelaine de Montargis.
Todo comenzó a finales de 1787 con el asesinato de la joven Rebecca de 16 años. Un hombre llamado Oka que llegó hace unos días al pueblo es detenido y acusado de ser el asesino.
Joseph Guillotin es el médico de la prisión y tras hablar con Oka y ver el cuerpo de Rebecca está seguro que es inocente y comenzará una investigación que le llevará a descubrir una enfermedad que está destinada a los nobles (marqueses, condes…) que se irán alimentando de la gente del pueblo.
Las personas infectadas se vuelven muy agresivos, tienen más fuerza física, se le agudizan los sentidos, su sangre se vuelve azul y tienen mucha hambre por lo que van matando a la gente para alimentarse.
No es como los zombis que si te muerden te conviertes en uno de ellos, cuando quieren contagiar a alguien lo matan, después le inyectan sangre azul con una jeringuilla y a los pocos minutos toda la sangre del cuerpo se ha vuelto azul y «resucitan» aunque no les late el corazón.
Las balas, cuchillos y demás no les hacen nada, para acabar con ellos hay que cortarles la cabeza.
Un grupo de personas bajo el nombre de la fraternidad luchan por el pueblo cansados de las injusticias y los abusos de los ricos y tratan de acabar con esta enfermedad.
No estarán solos, algunos nobles no ven bien lo que se le está haciendo al pueblo, incluso antes de la llegada de la enfermedad de la sangre azul, y se unirán a la lucha.
La serie La Revolución la tienes en Netflix, en la que tenemos un poco de todo, amor, mentiras, manipulaciones, vudú…
La primera temporada tiene 8 episodios de unos 45 minutos cada uno, pero no se termina la historia por lo que tendremos que esperar a una segunda temporada.
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