“El juego de Ender” (1985), de Orson Scott Card.
Primer libro de la saga de Ender Wiggins (el siguiente libro, “La voz de los muertos”, también es altamente recomendable).
Muchos conoceréis «El juego de Ender» por la película del mismo nombre, que esta basada en esta novela. Indistintamente si habéis visto la película como si no, os recomiendo este libro.
El de los cadetes espaciales es casi un género en sí mismo dentro de la literatura de ciencia ficción. Un joven, un adolescente o incluso un niño se alista, o es alistado, en la marina espacial. El adiestramiento es un viaje iniciático del que somos testigos silenciosos, muchas veces identificándonos con el protagonista si es que somos lo suficientemente jóvenes. El protagonista aprende los valores de la cultura militar, se prepara para defender a los suyos frente a amenazas alienígenas, supera enormes dificultades y sale transformado de los conflictos acaben estos en victorias o derrotas. Aprende a poner su vida en manos de sus hermanos de armas y forja amistades más fuertes que la sangre, que durarán toda una vida.
“El juego de Ender” no sólo destaca dentro de este pequeño subgénero de los cadetes espaciales, sino que es una de las grandes obras de la ciencia ficción. No es sólo una novela de ciencia ficción militar, es sobre todo una obra que explora temas que son importantes para nosotros como personas y alguno de los grandes miedos de nuestra especie.
Ender es un niño pequeño, pero muy especial. Es un tercer hijo en una civilización en la que tener más de tres hijos está prohibido y es un vergonzoso estigma social. Es un gigante intelectual rodeado de niños normales con los que no encaja y con los que no consigue relacionarse. Es blanco de las torturas de su cruel hermano mayor, que lo odia por triunfar donde el fracasó. Es la gran esperanza de la flota espacial, que necesita producir al mayor genio de estrategia militar que pueda producir la Humanidad, aunque sólo tenga seis años. Es un ejemplo más de lo que le gusta a Orson Scott Card hacer sufrir a los niños en sus novelas.
La novela atrapa desde el principio y su lectura es engañosamente fácil. Son muchos los temas que encontramos tratados en sus páginas. El dilema ético de utilizar malos medios para un buen fin, la crueldad (porque todo el mundo sabe que los niños pequeños pueden ser inmensamente crueles), la homosexualidad (porque todo el mundo sabe que los niños pequeños son unos homosexuales), qué distingue a los niños de los adultos (porque la mayoría de personajes son niños tan brillantes que ni se comportan como niños ni sus educadores esperan que lo hagan). Pero sobre todo, el tema mayor de la novela es que el miedo al Otro nos empuja a tomar acciones violentas y equivocadas. Para muchos de los personajes, el Otro es Ender; tan inteligente y tan dañado por dentro que no son capaces de entenderlo y por tanto le temen y lo tratan como una amenaza. A un nivel superior, la sociedad que describe la novela está permeada por el miedo al Otro; en este caso la especie alienígena que casi barrió a la Humanidad en dos guerras anteriores. Un enemigo incomprensible al que toda la civilización humana teme y contra el que se preparan empleando todos sus recursos en un esfuerzo desesperado para asegurarse la victoria en la siguiente guerra, que nadie duda será la definitiva.
En resumen, “El juego de Ender” es una novela de ciencia ficción militar y un viaje iniciático que engancha tanto al lector juvenil como al adulto ya que tiene mucho que ofrecer a ambos.