No estoy loca es una comedia dramática chilena en la que seguimos a Carolina, una mujer que acaba de cumplir 38 años y su vida está a punto de cambiar.

El día después de su cumpleaños, el médico le dice que no puede tener hijos. Y esa misma noche su marido Fernando y su mejor amiga Maite le dicen que tienen una aventura desde hace dos años, que está embarazada y se van a vivir juntos.

Además su madre no es que le esté ayudando a llevar mejor la situación, así que Carolina se tome varias botellas de vino para intentar sentirse mejor y se acaba tirando por la terraza de su casa.

Cuando despierta tiene varias heridas y está en una clínica psiquiátrica y aunque se quiere marchar, no le dejan hasta que decidan que está bien y no intentará suicidarse al salir.

En esta peculiar clínica psiquiátrica es donde tiene lugar la mayor parte de la película, donde tendrá que hacer terapia de grupo y actividades con el resto de los pacientes.

Al principio se lo toma muy mal, pero poco a poco se va adaptando y hasta hace amistades dentro, sobre todo con Silvia que también tiene un motivo triste para estar allí y Lorenza que consigue algunos privilegios gracias a su físico, aunque también pasa momentos malos, mientras intenta que le den el alta.

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