Cispus Falls es una pequeña ciudad de Oregón en la que se desarrolla la película de terror Antlers: Criatura oscura en la que un niño oculta un secreto relacionado con una misteriosa criatura.

Frank Weaver es el padre de dos niños, Lucas de 12 años y Aiden de 7 años, y junto a un amigo ha instalado un laboratorio de cristal (drogas) en una vieja mina que ya no se utiliza.

Un día escuchan un ruido en la mina y se encuentran con una criatura que se mete dentro del cuerpo de Frank. Desde entonces vive encerrado en una habitación de su casa junto a su hijo Aiden, que estaba en el coche cerca de la mina cuando sucedió todo.

Mientas que su hijo Lucas mantiene en secreto todo lo que ha pasado, sigue asistiendo al colegio como si nada y a su vuelta alimenta a su padre, que cada vez se va transformando más, y a su hermano.

Pero su profesora Julia Meadows, que ha vuelto al pueblo tras 20 años y se aloja junto a su hermano Paul que el sheriff del pueblo, sospecha del comportamiento de Lucas y está segura que sufre malos tratos en casa.

Julia sufrió malos tratos por parte de su padre, al igual que Paul, y por eso se marchó en cuanto pudo del pueblo y reconoce las señales en Lucas y trata de ayudarlo, sin saber el peligroso secreto que está ocultando el niño en su casa.

Os contaría la historia de la criatura pero la cuentan ya avanzada la película y es de lo poco interesante que te vas a encontrar, así que mejor mantenemos el suspense.

Lo que más me llama la atención es lo tranquilo que se muestra en todo momentos Lucas con la situación y aunque lo más interesante de la película es la parte final también es la menos coherente entre las cosas que dice y las que hace Lucas.

Por el modo de comenzar me esperaba más de la película Antlers: Criatura oscura, es más bien una película de suspense que de terror en la que lo único que me hizo seguir viéndola es saber la historia que se esconde tras la criatura.

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