Esta dramática serie que nos llega desde la India se titula Justicia bajo fuego y está basada en hechos reales que ocurrieron en el año 1997.
En la serie, que tiene 7 episodios de unos 45 minutos cada uno, seguimos a un matrimonio, Neelam y Shekhar Krishnamoorthy, que el 13 de junio de 1997 pierden a su hija Unnati de 17 años y a su hijo Uijwal de 13 años en un incendio que se produce en el cine Uphaar de Delhi.
Tras la investigación del incendio, en el que murieron 59 personas, dicen que se ha producido por un transformador defectuoso instalado en el sótano del cine.
El cine Uphaar pertenece a Gopal y Sushil Ansal, que son los mayores promotores inmobiliarios de Asia y en breve tienen previsto abrir el primer centro comercial de lujo de Delhi.
Arjun era amigo de Uijwal y le cuenta a Neelan que habían quedado en el cine pero llegó tarde y no pudo entrar porque no había ningún empleado fuera y habían cerrado las puertas para que no se colara nadie sin entrada. Y al cerrar las puertas cuando se produjo en incendio no pudieron salir.
Neelam y Shekhar están destrozados por la muerte de sus dos hijos y quieren justicia. Así que quieren que detengan y condenen a Gopal y Sushil Ansal porque entre otras cosas el cine no tenía aspersores, que habrían apagado el fuego, tampoco tenía luces que señalaran las puertas, habían falsificados permisos y las salidas estaban bloqueadas ya que habían cerrado las puertas.
Tanto la policía como los abogados que consultan les dicen que los Ansal son muy influyentes y que al final despedirán a alguien para que pague por lo que sucedió, saldrá la noticia en los medios de comunicación un tiempo y después todo se olvidará.
Pero Neelam y Shekhar no piensan rendirse y tratan de encontrar la forma de llevar ante la justicia a Gopal y Sushil Ansal ya que los consideran responsables de la muerte de sus hijos y del resto de personas que murieron en el incendio.
Mientras que los Ansal tratan de evitar que los familiares de las víctimas formen una asociación con la que estar unidos para llevarlos antes la justicia, para lo que no dudan en sobornar, amenazar y demás. Y como son tan conocidos e influyentes van buscando la manera de no pagar por lo ocurrido.
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