Cinco amigos que se van de vacaciones a una zona rural de Wisconsin, son los protagonistas de la película Blame.

Comienza haciendo un recorrido por los protagonistas cuando Blake va con su coche recogiendo a todo el grupo: a Andy, Ella, Mia y Logan, para irse de viaje.

Por el camino les pilla una fuerte tormenta de nieve que provoca que tengan un accidente, pero por suerte cerca hay un colegio en el que se pueden refugiar.

Nada más entrar se dividen, cada uno se va por un lado y al poco tiempo encuentran a uno de ellos muerto.

A partir de ahí las peleas y desconfianzas entre el grupo aumentan, algunos piensan que ha sido uno de ellos, otros que hay alguien más que los quiere matar… y todo ello mientras están aislados por la tormenta y los teléfonos no funcionan.

La historia la vamos siguiendo intercalada con algunos momentos en los que vemos a la policía en la escena del crimen investigando y comprobando la versión que han dado los supervivientes.

Desde antes de que encuentren a la primera persona muerta, el detective Young que es quien lleva el caso ya nos dice que hay dos muertos y quienes son, así que no hay misterio por esa parte.

Sinceramente no es una película que recomendaría, aunque siempre le puedes dar una oportunidad, porque para empezar al principio mientras se ponen en camino pasan muchos minutos con conversaciones entre ellos nada interesantes y que no aportan nada a la trama.

Y después una vez descubren el primer cuerpo vamos viendo como cada uno del grupo va contando lo que pasó desde que comenzaron el viaje y claro, escuchar y ver el mismo resumen una y otra vez, con algunos pequeños cambios que hace cada uno que lo cuenta, pues como que aburre porque además lo acabas de ver.

Al final van pasando los minutos y ya te vas dando cuenta que la cosa no va a mejorar ni se va a poner interesante, pero ya que estás pues te la ves entera para saber lo que pasó y total para llevarte una decepción más.

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