A los protagonistas de esta película de animación infantil la gente los juzga por su aspecto, les tienen miedo y solo con verlos piensan que son malos así que como les ha pasado siempre lo mismo pues decidieron ser Los tipos malos, unos villanos que se dedican a cometer robos.
Los tipos malos, que es como les conoce la gente, son: el señor Lobo que es líder, experto carterista y quien organiza los planes, el señor Serpiente que es un experto en abrir cajas fuertes, el señor Piraña que es un loco con muy poca paciencia que se tira pedos apestosos cuando miente, el señor Tiburón que es un maestro del disfraz y la señora Tarántula que es una experta hacker por lo que la llaman Redes.
Cuando esta peculiar banda es capturada para librarse de pasar el resto de su vida en prisión, a Lobo se le ocurre un plan: pide a la gobernadora Diane Foxington la oportunidad de demostrar que pueden cambiar y ser buenos.
Al escucharlo el profesor Mermelada, una cobaya que acaba de recibir el premio del Delfín de oro por ser el ciudadano más bondadoso, le pide a la gobernadora que le deje que sea él quien intente sacar lo bueno que hay en estos tipos malos y demostrar que han cambiando en su gala benéfica que será en poco tiempo.
El plan de Lobo es fingir que ahora son buenos para así en la gala benéfica robar el Delfín de oro. Pero con lo que no contaba Lobo es con dos cosas: por un lado le gusta la gobernadora y por otro lado no contaba con que le gustaría tanto esa sensación que se tiene cuando haces cosas buenas por los demás.
Esto le traerá problemas a Lobo con el resto de su banda y además se produce un giro que hace que sean culpados y acaben en prisión por un delito que no han cometido.
La parte más graciosa de la película es cuando intenta ser buenos lo que al principio les resulta muy complicado, algo que no se esperaba el profesor Mermelada.
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