Oni: La leyenda del dios del trueno es una miniserie de animación infantil de cuatro episodios de unos 44 minutos cada uno, en la que seguimos a Onari, una niña que vive en una pacífica aldea en lo alto de una lejana montaña habitada por extraños dioses y espíritus del folclore japonés.

En el monte Kamigami viven los kami, unos peculiares habitantes entre los que seguimos a la pequeña Onari que suele ir acompañada de su mejor amigo Kappa.

Onari vive con su padre Naridon que no habla, solo emite ruidos, un hombre que siempre se muestra feliz y despreocupado y no parece importarle que los demás le consideren un bicho raro.

En poco tiempo tendrá lugar la luna del diablo, cada cien años una luna de color carmesí se alza en el cielo nocturno.

Esto enfurece a los malvados oni que atacan a los kami y llegarán por el puente de Modori, ya que es la única entrada al bosque en el que se encuentra la aldea de los kami.

Para estar preparados, en la escuela el profesor Tengu intenta que los peques liberen su kushi, que es un vínculo especial con la naturaleza, una especie de poder. El kushi se hereda de los padres por lo que Onari se queda preocupada porque no sabe cuál es el kushi de su padre, así que trata de averiguarlo.

Y es cuando descubre que su padre tiene un kushi muy especial, que es justo el que ella quería, por lo que ilusionada se pone a trabajar en liberar a su kushi pero por más empeño que le pone, no consigue despertarlo.

Además parece que su padre no quiere ayudarla, más bien está empeñado en que no lo haga. Por suerte Onari tiene a su tío Potaro, el dios del viento, del que no sabía nada hasta hace poco y que la ayuda con su kushi.

Hasta ahora Naridon le había ocultado a su hija su kushi, que tenía un hermano llamado Potaro y aún le quedan más secretos por descubrir a la pequeña Onari y que creará el caos en el monte Kamigami.

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