Vamos con otra de esas películas que ya tiene varios años pero que muchos no habréis visto. En esta ocasión es una película de suspense del año 1954 que se titula The house across the lake (La casa al otro lado del lago) y tiene una duración de tan solo 1 hora y 8 minutos.
La película comienza cuando un hombre, que es el protagonista, le está contando a alguien en un bar lo que sucedió y confiesa que ha decidido contar lo que pasó porque quiere ver una soga alrededor del cuello de Carol. Ahí ya te empiezas a preguntar lo que pasó y el motivo por el que estará tan resentido con esa tal Carol.
Tenemos a un escritor llamado Mark Kendrick que alquila una casa junto al lago para tener tranquilidad e inspiración para escribir su nueva novela.
Desde su casa puede ver al otro lado del lago una casa que pertenece a Carol y Bervely Forrest y que son los responsables de cambiar su vida.
No tarda en conocer al matrimonio y nada más verla no puede evitar sentirse atraído por Carol Forrest pero intenta hacer lo correcto y alejarse de ella.
Mientras, se va haciendo amigo del marido, Beverly es un hombre rico que tiene una hija adolescente llamada Andrea y que tras la muerte de su primera esposa se casó con Carol.
Beverly está muy enamorado de Carol pero ella solo está con él por su dinero y de la buena vida que puede tener a su lado. Beverly sabe perfectamente que Carol no para de tener amantes y ya le advierte a Mark que seguro que su esposa lo ha puesto en la lista como candidato a su nuevo amante.
Carol la verdad es que no es que sea muy discreta y trata de ocultar a sus amantes pero Beverly va aguantando porque la quiere, aunque como el médico le ha dicho que su corazón está delicado y si no se cuida le quedará poco tiempo de vida, tiene pensado cambiar su testamento en cuanto llegue su abogado, que está de viaje fuera del país, para dejarle a su esposa únicamente lo mínimo que debe dejarle por ley.
Aunque intenta resistirse, al final Mark se convierte en el nuevo amante de Carol cuando ella rompe con su actual amante que era un pianista llamado Vincent.
Carol le asegura que está enamorada de él y que para estar juntos Beverly debe desaparecer antes de que cambie su testamento. ¿Hará Mark lo que Carol le está pidiendo?
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