En esta comedia negra francesa hay que reconocer que el protagonista aprovecha muy bien el día. La película se titula Un día bien aprovechado y tiene lugar durante un domingo en el que un hombre junto a su madre viaja en sidecar para cometer una serie de crímenes.
La película no trata de mantener el suspense ni de ocultar nada, ya desde el principio nos dicen que vamos a ver como un hombre, que se llama Jean Rousseau, que no es un profesional (se refieren a que no es un sicario que se dedica a matar) va a cometer 9 asesinatos en un día.
Además nos muestran sus planes con sus nombres y el modo en el que los va a matar o el arma que va a usar, que si usando una ballesta, que si muerte por una explosión, por disparo de escopeta…
La madre sabe perfectamente lo que está haciendo su hijo, al igual que lo sabe el padre, ya que es un plan familiar y van los dos en el sidecar para cometer todos los crímenes en un mismo día.
El motivo de los asesinatos tampoco nos lo ocultan, las nueve personas que van a matar fueron miembros del jurado del juicio que se celebró hace poco más de un año y en el que condenaron a muerte a Fernand Rousseau, que es el hijo de Jean, estaba acusado de asesinato y ya ha sido ejecutado.
A cada uno de los miembros del jurado que mata, Jean les enseña la foto de su hijo para que sepan el motivo por el que van a morir.
La película no tiene muchos diálogos, ponen música de fondo para crear ambiente y vamos viendo los métodos que utiliza Jean para cometer todos los crímenes.
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