En la película Testigo protegido una mujer es testigo de un tiroteo, lo que pone su vida en peligro.
Madison Taylor es una exparamédica que se ha mudado a Puerto Rico con su hermana Emmy de 16 años que tiene ser ingresada en un hospital por un ataque de asma.
Emmy se queda en observación en el hospital mientras que Madison va a su trabajo como camarera en un restaurante.
Cuando sale a sacar la basura es testigo de un tiroteo y le disparan en la pierna y acaba en el mismo hospital que su hermana.
Los que le han disparado son dos policías corruptos, Tull y Pierce, de antivicio aunque no son los únicos, sus compañeros Marco y Williams van detrás limpiando la escena del crimen y recogiendo las balas para no dejar huellas.
Todo esto sucede porque Jimmy Gonzo, al que han matado estos policías, era el soplón del inspector Steve Wakes y le han pillado.
Steve habla en el hospital con Madison y le explica que las personas que le han disparado pueden ir a por ella y por eso va a dejar un policía en la puerta para protegerla y la van a trasladar a una planta en la que estará ella sola. Además le da su número por si sucede algo.
Mientras Steve se va a seguir con la investigación del tiroteo, Madison se queda en el hospital en la que será una noche muy movidita.
Tull y Pierce no tardan en aparecer por el hospital porque Tull le ha disparado a ella con su arma de policía y ahora tiene que recuperar la bala que tiene Madison en la pierna para que no les descubran.
El policía que le han puesto en la puerta, el agente Jacobs, dura entre poco y nada, y Madison se las tiene que ingeniar para que no la maten huyendo por el hospital con la herida de bala en la pierna.